También se nos entrego una chapa con la imagen del recipiente de nuestro secreto.
El ritual consistía en colgar el paquete que contenía el secreto en un árbol y luego con música elegida para la ocasión, bailar alrededor del árbol bailando, para así a través de la emoción y la felicidad librarnos de la carga que supone guardar ese doloroso secreto.
La música elegida, fue música festiva de la isla de Cavo Verde, era música muy alegre y que te incitaba a bailar a su ritmo, era una música muy apropiada para ese momento, aunque seguramente cada uno de los que estuvimos allí, hubiera elegido otra canción.
Al principio el ritual no salio muy bien, pero en un segundo intento salio mejor y todos estuvimos inmersos en el ritual.
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